viernes, 5 de junio de 2009

GILBERTO SANTA ROSA, LO MEJOR DE LOS DOS MUNDOS

Por Pablo Dintrans pablo.dintrans@gmail.com
El salsero puertorriqueño Gilberto Santa Rosa se presentará el sábado 6 de junio en el Teatro Caupolicán. Para saber más de este artista conversamos con él, sobre su formación y aspectos desconocidos de su carrera musical. Un artista que combina la tradición de los grandes soneros y la música moderna, todo con la mayor elegancia. Así es el estilo del Caballero de la Salsa.
Al evocar su primera presentación en nuestro país, el 26 de junio del año pasado, dijo que tenía miedo pues no conocía la respuesta del público chileno, no había un trabajo discográfico previo, a esto se sumó un contratiempo que dilató su aparición en el escenario. Gilberto comentó: “llego allí y fue mortal, estuve una hora y pico temblando, me decía y ¿ahora qué pasa? Cuando salí, me di cuenta que el público fue tan cariñoso conmigo”.
Para definir su escuela musical agrega: “voy a contestar con el eslogan de un partido político de mi país que decía que tenía ‘lo mejor de los dos mundos`. Y yo lo tengo: la formación de un salsero tradicional y el lenguaje de la música moderna, ya sea a través de lo que yo canto o por medio de la sonoridad que se le da a la música que interpreto”. En ese trabajo es fundamental su productor José Lugo.
Santa Rosa describe el resultado de esta mezcla: “trato de hacer algo que me quede bien y a la vez que tenga sabor a actualidad, pero con la raíz de la música que nos identifica”.En cuanto a sus referentes musicales, Gilberto Santa Rosa aclaró: “El Gran Combo ha sido la organización con el sonido más puertorriqueño de lo que se llama salsa. Ese Gran Combo de los años 60´s, tocaban bombas y plenas, boleros y guarachas y sones e inclusive hasta merengue. De allí que yo vengo con esa conciencia de esta música”.
El trompetista y arreglista Mario Ortiz fue el primer músico profesional que se fijó en el talento que podía tener Gilberto Santa Rosa. En ese entonces, Gilberto tenía 14 años. “Él me decía: tú vas a trabajar allá en el hotel y te vas a anular. Te acostumbrarás a cantar una vez por semana, vas a ganar mucho dinero. Yo quiero que te vayas a la calle a ganar tu fortuna de otra manera. Yo me desilusioné muchísimo”, rememoró. Este capítulo doloroso fue el impulso que permitió a Gilberto trabajar con agrupaciones fundamentales de la salsa puertorriqueña.
El artista comenzó a trabajar con la orquesta de José Canales, allí se encontró con Elías López, quien era director y había trabajado con Gilberto en la Mario Ortiz All Stars con quien grabó en estudio en el año 1976.
Gracias a este trabajo conoce y graba en la ciudad de Nueva York en el año 1978, donde Gilberto Santa Rosa tuvo contacto con la industria discográfica y sus protagonistas.
Al año siguiente comenzó a trabajar con la orquesta de Tommy Olivencia, su ingreso fue bastante insólito según Gilberto: “Me gané el puesto de la orquesta de Olivencia, no por lo bien que yo cantaba sino porque yo el repertorio me lo sabía completo”. Santa Rosa aprendió algo fundamental, tener una relación dinámica con el público en el escenario. Estuvo dos años y medio y luego pasó a la orquesta de Willie Rosario.
En este nuevo desafío Gilberto Santa Rosa captó algo clave en su formación: “Se trabajaba con una disciplina impresionante. Se tocaba tres o cuatro veces a la semana, la orquesta ensayaba religiosamente”. También aprendió a seleccionar el repertorio de canciones y a desarrollar un género clave en el éxito de su carrera artística: la interpretación de los boleros. Trabajó seis años con Willie Rosario y para Gilberto fue “el concepto de orquesta donde yo maduré como cantante”.
A Gilberto Santa Rosa se le llama el Caballero de la Salsa por su presencia escénica, cuidado en su vestimenta y respeto por el público. Esto no es casual, según el salsero: “Vengo de una escuela de cantantes, como es el caso de Tito Rodríguez, Vicentico Valdés, Santitos Colón, Cheo Feliciano e Ismael Miranda. Para esa época los cantantes, se presentaban, y en eso Tito fue uno de los más reconocidos por la elegancia en el vestir, que iba más allá de tus atributos físicos, ninguna gente que he mencionado aquí eran galanes”.
Además del vínculo con la tradición, Gilberto Santa Rosa se ha encargado de descubrir y apoyar el talento de cantantes jóvenes como Víctor Manuelle. También es director del sello Camínalo donde comenzó a grabar a artistas tradicionales de Puerto Rico y ahora se apronta a la grabación de un homenaje a su primer maestro Mario Ortiz, quien fue uno de los artífices de la música puertorriqueña en el mundo. Allí trabajará junto al hijo del fallecido músico, el también trompetista Mario Ortiz Jr. Gilberto cantará en el disco junto a Andy Montañez, Ismael Miranda, Cheo Feliciano, entre otros.
Entre los sueños de Santa Rosa está el volver a las tablas, pues tiene un profundo amor por el teatro musical. Hace algunos años participó en la obra “La verdadera historia de Pedro Navaja” del escritor Pablo Cabrera. Allí nuevamente sacó enseñanzas: “todas esas técnicas que te enseñan: la intención en las líneas, esas cosas te ayudan mucho para interpretar”.
La noche del sábado en Teatro Caupolicán será inolvidable, con el talento y carisma de Gilberto Santa Rosa, “el Caballero de la Salsa”, quien nos hará bailar con lo de los dos mundos: salsa y romanticismo.
* Pablo Dintrans conduce el programa Estación Aeropuesto, de lunes a viernes al mediodía en Radio Universidad de Chile

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